DESPROPORCIÓN

Imagen Rubén Calvo. Texto Manuel Díaz
Imagen Rubén Calvo. Texto Manuel Díaz

Vivimos tiempos de inactividad política, de podredumbre mediática e ideologías extremistas que hacen convulsionar a esta ya de por si anestesiada sociedad. Nos movemos en días como estos sin rumbo claro, exhaustos y a la deriva, y nos alejamos cada vez más de la determinación que nuestro entorno reclama con honestidad para nosotros.

 

Llevamos vendados los ojos y eso nos hace vulnerables.

 

No somos libres, no lo fuimos nunca ni lo seremos jamás si continuamos caminando por la senda que los políticos han marcado para nosotros. Ellos están al acecho de personas sin visión certera, de gente fatigada que muestre claros síntomas de agotamiento mental. Nos ofrecen un refugio con forma de guarida.

 

Pero al menos, sus directrices son claras, concisas y nada especulativas, al menos para quien sabe leer entre líneas, entre finísimas líneas (eso si).

 

Dos pancartas que portaban la frase“Los políticos hablan, los líderes actuan” fueron el detonante que acabó con la libertad del presidente de Greenpeace España y su acompañante a la cena de gala de la cumbre mundial del clima en Copenhage.

 

Veintiún días en un presidio por quitarnos la venda a unos pocos.

 

He de confesar que yo habría hecho lo mismo. Es más, habría incluso mostrado mis vergüenzas ante toda esa gente y más si sé que probablemente serían fotografiadas por más de cien profesionales que seguro habrían sabido inmortalizar el más siniestro de mis perfiles. Lo haría incluso a pesar de los agravios si con ello se hiciera por una vez el silencio entre tantas y tantas sandeces y se hablase de una vez por todas de lo que realmente importa.

 

En muchas ocasiones he sentido como gobernantes del tres al cuarto con decisiones del mismo tipo han intentado ultrajarme de una manera vil mi ya de por si denostada semilibertad, y es cierto que en algunas ocasiones han estado cerca de conseguirlo. De buena gana en otras tantas habría cedido parte de esa suerte a cambio de no escuchar, ni leer, ni ver, lo que cierta gente quiere que oiga, lea o vea.

 

No creo ni en Rajoy, ni en el futuro de su niña, ni por supuesto en las pantochadas que le habrá contado su primo en una noche de junio al abrigo de una luna llena. Creo en un buen amigo mio que dice que la capa, la de verdad, la de un tal ozono, es cada vez más fina y eso a él, que si ha estudiado, le parece que no debe de ser muy bueno.

 

Y me basta.

 

 

Escribir comentario

Comentarios: 4
  • #1

    Gloria (miércoles, 13 enero 2010 01:51)

    A la tercera va la vencida, vuestro talento ha hecho que escriba a pesar de la vergüenza que me da.
    Reconforta leer y ver plásmadas en un dibujo ideas tan lúcidas.
    Os admiraba desde hace tiempo pero no dejais de sorprenderme.
    He intentado escribir un comentario más elaborado, pero todo me parecían tonterías. UN BESO

  • #2

    Laura (miércoles, 13 enero 2010 08:47)

    Muy bueno chicos !!! Ruben ... este dibujo se
    sale.
    besos a los dos

  • #3

    Nacho (miércoles, 13 enero 2010 15:35)

    El dibujo, como siempre, buenísimo, habla por si solo.
    Y el texto, como el escritor, agitador de conciencias adormecidas, irreverente, fabuloso.
    Enhorabuena chicos!

  • #4

    Laura R (miércoles, 13 enero 2010 19:57)

    Manu te espero en la próxima manifa de la Plataforma Anticementerio Nuclear o la que habrá en breve contra la Cementera de Almoguera. Por cierto, ¿te vendrás a la 'despertorada', no? Está bien contar con un compa de manifas...:)
    Por cierto, Rubén, los dibujos metafóricos que haces son muy buenos.
    Besines!

LLORA HAITÍ

Imagen Rubén Calvo. Texto Manuel Díaz
Imagen Rubén Calvo. Texto Manuel Díaz

Podría mirar al suelo,‭ ‬a las piedras que noto bajo mis pies mientras voy caminando por las calles de mi ciudad,‭ ‬cabizbajo,‭ ‬pensativo,‭ ‬ausente.‭ ‬Podría mirar al frente,‭ ‬al horizonte con el que muchas veces sueño,‭ ‬hasta donde mi vista alcanza,‭ ‬el que se difumina allá a lo lejos y deja una estela de intenciones imposibles de seguir.‭ ‬Podría pararme y contemplar a ambos lados,‭ ‬girar la cabeza intencionadamente a un lado y al otro,‭ ‬en busca de la complicidad que sólo a la vera de uno puede encontrarse.‭

Pero no lo hago.

Mi mirada impía esta vez apunta al cielo y con sesgo amenazante reclama respuestas que sé no hallaré de él.‭ ‬Sin apenas darme cuenta,‭ ‬ese gesto impropio se hace presente en mi cavilar siempre que ocurren desgracias como la de Haiti.‭ ‬Si me detengo un instante a pensarlo,‭ ‬me doy cuenta de que ese acto,‭ ‬para mi,‭ ‬reflejo,‭ ‬enmascara un sentimiento secular que encierro en mi cuerpo y descansa en mi cabeza,‭ ‬la creencia de que un ser superior existe.

Es un ser malvado,‭ ‬miserable,‭ ‬mezquino,‭ ‬una alimaña sin parangón que juega con la fragilidad de quien respira involuntario sin la certeza del porvenir.
Se ensaña con quien no dispone de medios con los que hacer frente al duelo,‭ ‬con quien distraído en otros lares no piensa en prevenir sino en sobrevivir y lucha por esa supervivencia vital hasta su último suspiro.

Y derrumba con tan sólo un soplido una ciudad de cartón piedra,‭ ‬que ahora luce infernal gracias a sus antiguos cimientos de ausencia.‭ ‬Un mal plagio que escondía el terror.

Y ninguno de nosotros puso jamás el grito en el cielo.‭ ‬Sabemos que existen muchos Haitís a lo largo y ancho del planeta,‭ ‬pero miramos al cielo cada semana y confiamos a ese maquiavélico ser‭ (‬con minúsculas‭) ‬el devenir de esa pobre gente,‭ ‬porque a nosotros nos pillan demasiado a desmano.‭ ‬Yo asumo el MEA culpa,‭ ‬el mío,‭ ‬el que hace que hoy escriba desde mi butaca almohadillada y al calor de una estufa que se fatiga por mi,‭ ‬sin pensar en nadie más.‭

Las barrigas llenas no dejan lugar a la lucidez que se necesita para reclamar en nombre de otro y para otro,‭ ‬la millonésima parte de lo que nosotros tenemos.‭ ‬Pero eso no justifica en absoluto nuestra adormecida conciencia. No podemos dejar que se construyan edificios que sepulten después a quien los hizo,‭ ‬o a la mujer de quien los hizo,‭ ‬o a los hijos de quien los hizo,‭ ‬o a todo el que pasaba por allí.‭ ‬Es de una crueldad enfermiza.‭ ‬Debemos luchar por disminuir las diferencias entre nosotros y personas que respiran,‭ ‬lamentan y sienten de la misma forma en que lo hacemos nosotros.

 

Rezo (ahora si) porque las desgracias venideras sean inversamente proporcionales a nuestra indiferencia postrera que, en ausencia de titulares, se acrecienta sin medida.

 

Escribir comentario

Comentarios: 4
  • #1

    HAY QUE PASAR A LA ACCION (martes, 26 enero 2010 11:46)

    Remover conciencias esta muy bien,pero no podemos
    quedarnos solo en eso,las palabras se las acaba
    llevando el viento.Visto
    como anda el mundo hay que empezar a pasar a la
    accion y plantearse ¿Que vamos a hacer nosotros
    para cambiarlo?.Habra quien decida
    apadrinar,quien colabore con un ONG,quien
    envie donaciones, quien se pare a charlar con el
    chico que vende la Farola en la puerta de su
    casa y hasta ahora le habia sido invisible...
    Quien se manifieste en pos de las causas q
    considere justas...todas las opciones son buenas.
    PERO HAY QUE QUEJARSE MENOS Y MOJARSE MAS!!!

  • #2

    Laura (martes, 26 enero 2010 22:34)

    Es lo q tiene la madre naturaleza, que no avisa. Y lo que tiene la pobreza, que no está preparada. Y unos dirigentes a quienes sus ciudadanos les importan un carajo... tantas cosas...

  • #3

    Gloria (miércoles, 24 febrero 2010 11:21)

    Me temo que la madre naturaleza por muy salvaje que se haya presentado esta vez, tiene la parte menor en el cómputo final del desastre y en el sufrimiento de la población.
    Que pregunten a Papa Doc,Baby Doc y a los años de colonialismo y neocolonialismo.
    Pobreza en Haítí: creada no endémica.Por favor, que no se nos olvide ésto, nada de aceptar sinos divinos inexistentes.
    Pobres nosotros, que cuando cortan el agua 3 horas se producen histerismos varios y crisis matrimoniales.
    ¡¡¡¡Menuda lección de dignidad por su parte!!!
    ¡¡¡¡Menudo rídiculo de los países desarrollados gestionando una ayuda que nunca llega, menos mal que somos la élite cultural y les vamos dando lecciones a los pobres negritos incultos!!! Me meo y no risa, precisamente, por la soberbia que ostentamos.
    Hacen falta muchas duchas de humildad, a nivel individual y colectivo.

  • #4

    Gloria (miércoles, 24 febrero 2010 11:58)

    Me temo que por muy fiera que se haya mostrado la naturaleza esta vez; es la que menos parte de responsabilidad tiene en el cómputo general del sufrimiento ocasionado por el ya famoso y casi olvidado terremoto.
    Que le pregunten sobre responsabilidad del desastre a un tal Papa Doc, Baby Doc y a años de colonialismo y neocolonialismo más salvaje que la naturaleza misma.
    ¿Pobreza en Haití? Sí,CREADA pero NO ENDÉMICA. No podemos aceptar resignadamente estas cosas como castigos divinos cuando no lo son.
    ¡¡¡Menuda lección de dignidad nos han dado los haitianos!!!
    ¡¡¡Menudo ridículo de la comunidad internacional (de nosotros) gestionando una ayuda que no llega!!!
    Me meo, no precisamente de risa, sino de la soberbia que ostentamos, menos mal que somos la élite cultural y racional que si no...
    Aquí que un corte de agua y luz de unas horas puede ocasionar cierta histeria y más de una crisis matrimonial nos permitimos el lujo de dar lecciones a los "pobres negritos, son tan ignorantes...
    Nos hace falta una ducha de humildad, tanto a nivel individual como colectivo.