SIGUE LLORANDO HAITI

Se escuchan los lamentos desde muy lejos. Es el bullicio que forman miles de voces desgañitadas pidiendo auxilio, gritos de desesperanza que nos encogen el alma maldiciendo su suerte (maldita). Es el ruido de quien no contiene su emoción, del vértigo que acompaña a la traición. La enésima que el pueblo haitiano ha sufrido por parte de nuestro ¿dios?.

 

Jodida compasión.